José San Germán Ocaña, Puerto Príncipe, Cuba, 3-XII-1887-Paracuellos del Jarama (Madrid), 7-11-1936.
Hijo de Ricardo San Germán Alberdi, capitán de carabineros destinado en Cuba, es lógico pensar que volviera a España con su familia al terminar la guerra colonial. Realizó estudios de Medicina en Cádiz y de Filosofía y Letras en la Universidad de la capital.
El joven San Germán comenzó sus labores de redactor de prensa en el diario El Cantábrico de Santander, reclamado por quien fuera su fundador y director, José Estrañi y Grau. En esa ciudad publicó Perfiles y quijotadas, el primero de los dos breves e inencontrables libros con que daría comienzo su carrera literaria. En 1908 ya está en Madrid, donde frecuenta a Alejandro Sawa y alquila una buhardilla (Hortaleza, 94), en la que más de una noche alojaría a Eugenio Noel. En principio se mantuvo redactando coplas que vendía a tiendas y tabernas para anunciar sus productos. Una de ellas se hizo popular entre los periodistas madrileños: «Ni Pelayo en Covadonga / ni el rey godo don Witiza / han probado esta longaniza».
En 1909 lo encontramos asistiendo al descubrimiento de la lápida dedicada a Larra y, pronto, obtiene un puesto como redactor meritorio de sucesos en El Diario Universal. El novel periodista pertenecía al grupo de la Juventud Liberal, del que se separó en mayo de 1910 para formar una nueva agrupación, “Jóvenes liberales”. En 1911 ya es redactor fijo de El Diario Universal y un año después se afilia a la Asociación de la Prensa de Madrid y publica La jauría de amor, narraciones que la revista Gedeón calificó de pecaminosas pero “tres años tardías para la moda que establecieron Felipe Trigo y Joaquín Belda”. No obstante, el reseñista la considera superior a sus antecedentes. En julio de este mismo año de 1912 muere en Santander su padre, ya con el grado de coronel.
En 1913 estrena su única obra para la escena, Los marinos de papel, calificada por sus autores como “estropicio cómico-ortopédico-particular”, pieza de cierta ambición que el público no apreció, según el comentarista de La Correspondencia de España, porque era obra llena de retruécanos y los gustos del público habían cambiado. Por entonces ya figura como redactor de ABC y es nombrado presidente de la junta directiva del Centro de Reporteros. Es el periodo en el que frecuenta a Cansinos-Asséns, que lo distinguió con su aprecio, como muestran las varias referencias que dedica al joven en sus tan ilustrativas como malévolas memorias. Por otra parte, los apellidos del periodista delatan un origen judío, que Cansinos estimaría. Así lo describe en los tiempos en que San Germán acababa de ingresar en ABC: “…un joven simpático, de aire arrogante, con un bigotillo incipiente y unos ojos más bien pequeños, llenos de impertinencia, discípulo de Sawa y amigo de emplear su léxico grandilocuente (I p. 271). Habla también de su talante mujeriego y provocador pero lo distingue con sinceros elogios: “Guapo, digno, con talento, con valor personal, sin esos vicios que arruinan un temperamento. ¿Cómo no triunfa este simpático San Germán?… Pues por eso mismo, porque es digno, altivo, noble… en este país de hampones, pícaros y advenedizos encumbrados y crueles con el talento del escritor” (II p. 311).
El 4 de octubre de 1914 contrajo matrimonio con Pilar Zorrilla Yárritu, hija del director de la fábrica de la Compañía Colonial y sobrina de los condes de Zorrilla, que le daría cuatro hijas, María del Pilar, Manolita, Josefina y Milagros.
En la etapa de su trabajo en ABC publicó una novela, Mamá Rocío, y emprendió una campaña para la erradicación de la tuberculosis que, en las décadas precedentes había tronchado la vida de una gran cantidad de periodistas
En un arranque de dignidad y en protesta por las condiciones de trabajo, San Germán abandonó ABC e intentó sin éxito vivir de la pluma. En 1919 hubo de entrar en La Acción, uno de los muchos diarios dirigidos por el canario Delgado Barreto, que tendría un fin muy parecido al de San Germán Ocaña. También, un hermano del periodista, Ricardo San Germán, guardia de seguridad en Barcelona, murió el día de Reyes de 1920, a resultas de un atentado sindicalista contra el presidente de la patronal, Manuel Graupera.
Desaparecida La Acción en 1924, al año siguiente Manuel Delgado Barreto funda La Nación, otro periódico conservador, órgano oficioso de la Dictadura; San Germán será su redactor jefe y, poco después, será elegido vocal de la junta directiva de la Asociación de la Prensa de Madrid. Entretanto, había publicado otra novela, La ruta de los cautivos y escrito Memorias de una pulga que no fue editada hasta 1933, más de diez años después de su redacción y de la que se habían publicado fragmentos en varias publicaciones. Se trata de una novela corta de carácter satírico, ilustrada por Bon, que se completa con otras dos muy breves narraciones, «El ilustre Berenjena» y «Los intrigantes de la oficina», también ya publicadas en prensa.
Durante la República, fue elegido Vicepresidente del Sindicato Autónomo de Periodistas (1934) se afilió a la Falange y viajó, con otros periodistas invitados por Mussolini, a Italia, donde tomó notas para el que fue su último libro: Judíos, masones y marxistas contra Italia (Declaración jurada de un periodista).
Tras estallar la Guerra Civil, fue detenido en Madrid, preso en la cárcel Modelo y asesinado en Paracuellos del Jarama el 7 de noviembre de 1936. En la gran saca fueron también víctimas Delgado Barreto (desaparecido) y dos periodistas de El Debate, Emilio Carrascosa y Agustín Solache. Según la esquela que las hijas de José San Germán publicaron en ABC en el 50 aniversario de su muerte, fue enterrado vivo. Sólo ellas han reivindicado su memoria.
OBRAS
-Perfiles y quijotadas (versos), 1902.
-De la propia historia (novela corta), s. f.
–La jauría del amor, Madrid, A. Marzo, 1912.
–Los marinos de papel (estropicio cómico-ortopédico-particular en tres actos, en colaboración con E. Cerezo Irizaga, estrenado en el teatro Álvarez Quintero el 23 de diciembre de 1913), Madrid, S.A.E., 1913.
–Mamá Rocío. (Dietario de un hombre vulgar), Madrid, Felipe Peña Cruz, 1915.
–Periodismo y tuberculosis. Solución inicial al problema del sanatorio (conferencia dada en la Asociación de la Prensa de Madrid, el día 25 de Marzo de 1916), Madrid, González y Giménez, 1917.
–La ruta de los cautivos, Madrid, Mundo Latino, 1920.
–Memorias de una pulga (novela humorística), Madrid, Gráficas Carrozas, 1933. Il. de Bon.
–Judíos, masones y marxistas contra Italia (Declaración jurada de un periodista), Madrid, Gráficas Fénix, 1935.
BIBLIOGRAFÍ A
-A. R. T., «Reseña» de Memorias de una pulga, ABC, 18-VI-1933.
-CANSINOS-ASSÉNS, Rafael, La nueva literatura (1898-1900-1916) Primer volumen, Madrid, V. H. de San Calleja, s. f. (191?).
-, La novela de un literato, 2 y 3, Madrid, Alianza Tres, 1985 y 1995.
-CASARES, Julio, “La ruta de los cautivos” en, Crítica efímera, Madrid, Espasa Calpe, 1962, pp. 186-191.
-EL ABATE MARCHENA (Seudónimo de Cristóbal de Castro), «Reseña» de La jauría del amor, Heraldo de Madrid, 14-V-1912.
-GONZÁLEZ RUANO, César, «Reseña» de Judíos, masones y marxistas contra Italia, ABC, 28-II-1936.
-L.A.C., “Una tesis sobre la voluntad. La ruta de los cautivos”, La Época, 14-X-1922.
-MIRABAL, «Reseña» de Judíos, masones y marxistas contra Italia, El Siglo Futuro, 4-XII-1935.
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-SANZ Y DÍAZ, José, Escritores asesinados por los rojos (2ª ed.), Madrid, Publicaciones Españolas, 1959, pp. 22-23.
-TORRES DEL ÁLAMO, Ángel y Antonio ASENJO, Mil y una anécdotas de gente conocida, Madrid, Ediciones Españolas, 1940, p. 164-165.