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Biografía de la jota aragonesa

La jota es el género de música tradicional más extendido en España, lo que implica varias centurias de cultivo común. Musicalmente, es un ritmo ternario de agrupación binaria y de aire rápido que, en los distintos lugares en que se practica, se ha diversificado incorporando otros elementos propios y que suele sustentar una cuarteta octosílaba. Pese a la atención prestada en los últimos lustros a las manifestaciones populares, su música ha sido muy poco estudiada si la comparamos con otras manifestaciones populares y folclóricas de menos trascendencia.

El origen de la voz jota ha dado mucho que hablar, como suele suceder con las cuestiones etimológicas. Gregorio García Arista documenta ampliamente sotar del latín saltare (bailar), que es lo más comúnmente aceptado. Ribera lo relaciona con el árabe xatha (danza), lo que comparte Corominas. Con su forma actual aparece en un manuscrito abulense en el tránsito del siglo XVI al XVII, Cifras para arpa, y vuelve a registrarse en 1705 y en distintas ocasiones durante el siglo XVIII. 

ribera-julian_la-musica-de-la-jota-aragonesa003En cuanto a sus orígenes como género musical, José Inzenga y Rafael Mitjana la derivan de una danza griega. Ruperto Ruiz de Velasco habla de un baile celta o godo. Abundantemente se ha escrito sobre su procedencia árabe, defendida ardorosamente en las teorías de Julián Ribera y Eduardo Martínez Torner, que ya puso en solfa Demetrio Galán Bergua. Manzano afirma que de ningún modo puede ser la jota de origen árabe a poco que se conozca el contexto de la música popular española, por lo que concluye que las teorías de los citados estudiosos son insostenibles. Para Tomás Bretón, que también rechazó tajantemente el origen árabe, la jota era moderna: «si no [es] una variación y consecuencia del fandango, debe proceder de Italia, de El Carnaval de Venecia, que tiene la misma hechura que la jota». 

Federico Olmeda y Felipe Pedrell también consideraron la jota llamada aragonesa como de creación reciente, en relación con la cultivada en otras partes de la península ibérica.

No olvidemos que la jota es sonido (música y, después, letra) y baile. Cuando hablamos de los orígenes de la jota respecto al baile, podemos remontarnos hasta a los bailes apotropaicos (guerreros, medicinales…) de épocas prehistóricas.  Ricardo del Arco habló de una probable conexión con las danzas iberas, al parecer guerreras y saltarinas, pero parece más plausible si se trata de otorgar al baile de la jota orígenes arcaicos, relacionarlo con los bailes de tarántula, muy extendidos por el ámbito mediterráneo y que en principio constituían una especie de exorcismo mágico-religioso contra la picadura de dicho arácnido, y así lo constata el gran investigador Marius Schneider en su magnífico trabajo, hasta ahora que se acaba de reeditar, casi inencontrable, La danza de espadas y la tarantela, Barcelona, CSIC, 1948*.

En cuanto a la música, los expertos nos dicen que la jota se caracteriza por su particular rítmica: agrupación bajo un mismo metro de dos periodos unidos (dos compases de 3×8), lo que lleva a que las partituras se escriban en 6×8 pero la jota aragonesa se escribe en 3×4  y con ritmo más rápido.  

Ángel Mingote incluye en su cancionero un villancico ya famoso a la Virgen del Pilar, «De esplendor se doran los ayres…» (1666), debido a Joseph Ruyz Samaniego, cuyos compases iniciales se han propuesto como un antecedente de la jota en un innecesario intento de vincular la jota con la devoción pilarista. Según Manzano (388) y otros, esto hay que desecharlo totalmente. Nada sobre ella consigna tampoco el calandino Gaspar Sanz en sus Instrucciones sobre la guitarra española, volumen publicado en la Zaragoza de 1674, que contiene abundantes composiciones populares.

Tenemos una música y baile al que se llama jota en el siglo XVIII. Una de las más antiguas menciones corresponde al llamado Códice Saldívar IV. Este importante documento  fue comprado por el musicólogo Gabriel Saldívar y Silva (1909-1983) a un anticuario de León (Guanajato) en 1943. Contiene composiciones del madrileño  Santiago de Murcia (1673-1739), el guitarrista más internacional del barroco español. Probablemente, no viajó a América pero sus obras se interpretaron allí. El códice se fechó aproximadamente en 1732 y contiene gallardas, jácaras, folías, marionas, canarios, fandangos, jotas, tarantelas y otras músicas populares. Se han hecho ediciones del mismo y se han interpretado muchas de sus composiciones. Los musicólogos siguen investigando y discutiendo sobre sus contenidos.

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A partir de  1750 aparecen abundantes jotas en los sainetes, entremeses, zarzuelas, tonadillas y otras obras teatrales populares, tan del gusto del público. Varias de ellas contienen un estribillo en el que se nombra el género: “a la jota, jota…”. Se suele aludir al músico ciego, Luis Misón, como el primer autor que introduce jotas en sus sainetes y, concretamente, se cita su obra Los ciegos (tonadilla a tres, 1758). Sin mirar mucho[1], he encontrado otra jota anterior en La residencia del chiste, sainete original de Antonio Guerrero, estrenado en 1757.  Es muy posible que puedan hallarse otras, incluso anteriores. El citado Luis Misón en  La cocinera (tonadilla a cinco, 1760) incluye una que comienza: “Esta es la nueva jota de Andalucía, la cantan los arrieros de maravilla, a marolí marolí, marolita mía”. El mundo de la tonadilla, bien estudiado por José Subirá, alberga, sin embargo, un sinfín de datos y sugestiones para el estudio de la música popular española.

El polígrafo zaragozano Cosme Blasco cita en la página 29 de sus Memorias de Zaragoza (1890) el Coplerillo zaragozano blasco-cosme-memorias-de-zaragoza(1783) de Vicente Fernández y Alagón, Conde de Sástago y reproduce una de las coplas antiguas que contiene: “Tres calles de Zaragoza /ruines son y pendencieras, / Las Doncellas, Santa Bárbara/ y la de Calabaceras”. Al parecer, aparte de don Cosme, nadie que se sepa ha visto ese coplerillo, según recoge, J. L. Melero en su trabajo (2016) sobre coplas antiguas. No hay, pues, constancia de que esas coplas o cantares fueran jotas. Lo mismo puede decirse del Cuaderno de rondones recopilado por Francisco Gibert y fechado en Lérida (21-VII-1799). Contiene una jota con acompañamiento de bandurria, que grabó Ana Iguarbe y aparece en el libro-disco Siempre la jota.

Miguel Arnaudas, que excluye en gran medida la jota de su cancionero, ya que estima más interesante dar a conocer lo que permanece sepultado por ella, considera su construcción musical totalmente moderna.

El exhaustivo y estilísticamente límpido, aunque discutiblemente ordenado, volumen de Galán Bergua[2] al que, en todo caso, debe recurrir cualquiera que, tras él, quiera acercarse a la jota, termina su documentada disquisición sobre su origen con estas palabras: «…sigue oculto en una nebulosa que, en verdad, no han logrado aclarar suficientemente cuantos investigadores a ello se han dedicado» (104), proceso, por cierto, común a casi toda la música popular que es naturalmente sincrética.  

Primera.- La jota (…) ha atravesado bastantes etapas o fases bastante bien diferenciadas. Una época en que la jota no se llamó «jota», aunque esté comprobada la existencia de ciertas melodías similares a algunas de las actuales, y que -a juicio de varios musicólogos- sólo pueden considerarse como meras «coincidencias» (…) Otra en la que el vocablo «jota» apareció impreso, y su música en pentagrama, pero sin responder todavía a una especificidad con significado definido, y sin características bien determinadas en el concepto y en la variedad de los aspectos. Otra en que la jota ya se dio en España con detalles más precisados, extendiéndose por todas las regiones y echando raíces profundas e inamovibles en tierra aragonesa donde pronto alcanzó su carácter representativo. Otra en que la jota, sin dejar de existir en el resto de España como una faceta más dentro del folklore regional, llegó en Aragón al máximo florecimiento con el establecimiento de conjuntos a base de canto -con multiplicidad de estilos y tonadas-, baile -con todas sus variaciones comarcales-, rondas -con su acusado tipismo rural- y rondallas -con sus numerosas variaciones.

Segunda.- (…) podemos considerarla como un proceso evolutivo, de adaptación y de transformación, cuya iniciación en tiempos muy remotos sólo debemos admitirla por el simple hecho de que ya en el siglo IX existiesen las referidas «coincidencias» con muy limitados detalles de la jota actual (…)

Tercera.- Sin negar que muy contadas melodías de la jota hayan presentado algunas de las características de las cadencia arábigo-andaluzas, es lo cierto que, aparte de ellas, ninguno de los estilos y tonadas conocidos y cantados en Aragón tienen sabor islámico y sí rasgos definitivos que demuestran su especificidad aragonesa.

Cuarta.- El origen real de la jota sigue oculto en una nebulosa que, en verdad, no han logrado aclarar suficientemente cuantos investigadores a ello se han dedicado[3].

*https://javierbarreiro.wordpress.com/2015/03/23/tarantismo-tarantela-y-jota-2/

         

                                                                                            NOTAS

[1] Faustino Núñez Núñez, Guía comentada de música y baile preflamencos (1750-1808), Barcelona, Ediciones Carena, 2008, p.

[2] Don Demetrio contó con colaboradores que hasta redactaron alguna parte del libro.

[3] Galán Bergua (1966, 103-104).

Buena parte del material de este artículo procede de mi libro Biografía de la jota aragonesa, Zaragoza, Mira, 2013. Introduzco algunas actualizaciones y nuevas aportaciones. 

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CECILIO NAVARRO SUBÍAS, Zaragoza, 27-XII-1881 – Zaragoza, 21-IX-1969.

Navarro, Cecilio

Nacido en la calle de Boggiero del jotero barrio de San Pablo, Cecilio Navarro fue, quizá, el más popular de los joteros del siglo XX, el más premiado y el que más grabaciones llevó a cabo en la época de los discos de 78 revoluciones por minuto. Ganó treinta y seis premios de jota, grabó ciento veinte tonadas y, sin duda, fue el que más estilos diferentes llegó a conocer y cantar en su tiempo.

 Sus primeras relaciones con el canto fueron a través de una vecina, Julia Gómez, tiple de zarzuela, que lo inició en los rudimentos aunque Cecilio declaró que la primera canta se la enseñó el propio Royo del Rabal, con el que se reunía a merendar en compañía de El Tuerto, Blas Mora y otros amantes del canto jotero. A los quince años se compró una guitarra, con la que tocaba y cantaba los aires entonces de moda. Con una compañía de variedades llegó a actuar en varias funciones pero no le convenció esa vida y decidió centrarse en la jota. A la vez, aprendía el oficio de marmolista e hizo sus pinitos de banderillero. 

 Su primera actuación pública como cantador fue en el Teatro Principal (octubre de 1898) en el transcurso de un homenaje a Benlliure en el que también participaron Hilario Tejero, Pilar la Arenera, Juanito Pardo, Blas Mora, el Andorrano y un jovencísimo Miguel Asso. El primer gran triunfo lo obtuvo en Madrid, donde marchó en 1901 para permanecer durante catorce meses con actuaciones constantes en distintos teatros. Otro éxito obtendría en 1906 al  presentarse en el Teatro Romea, junto a las hermanas Muñoz. Hasta 1907 no aparece en los certámenes oficiales, que ganaría en 1909 y 1911, pero es 1908 otro año de palmas con su Navarro, Cecilio016victoria en el Concurso de Regiones celebrado en Sevilla. Allí fue requerido para cantar a la Macarena en la calle, como recoge una conocida tarjeta postal, ante una multitud que lo aclamaba. Participa en la Exposición Hispano-Francesa, en la que canta coplas ante los reyes y Antonio Maura. También en 1910 actuaría en la Exposición de Bruselas. Después le llegaría el Premio Extraordinario en el Certamen Oficial en los años 1912, 1913, 1915 y 1916. Hasta 1919, fecha en la que dejó de presentarse, obtuvo treinta y seis premios en los cuarenta concursos en que había participado.

Sus primeras grabaciones datan de octubre de 1911 y se editarían al año siguiente. Habitualmente, en las carátulas de los discos figuran los nombres de los estilos pero en las diversas ediciones reciben diferentes nombres, con lo que es complicado guiarse en el decurso de su discografía, que es la más amplia de la  jota aragonesa, ya que llegó a registrar alrededor de 400 pistas con distintas compañías: Odeon, Parlophon, Fadas, Homokord, Pathé, Gramófono-Gramophone, Victor y Polydor. Se dice que conoció 112 estilos. La mayoría figuran impresionados en sus discos. Varios de ellos, como los Malacatones, Enredadera, Águila Imperial o la jota de Ateca, fueron creación suya.

 Cecilio fue hasta su retirada un artista muy viajero. Actuó en un gran número de países de Europa, incluyendo Rusia. En 1917 estuvo a punto de marchar a Nueva York pero, ya en El Havre, le venció el miedo a la guerra submarina y suspendió los contratos.  Muchas veces actuó con su hija Consuelo, una de las mejores bailadoras de su tiempo pero también muy competente en el canto. De hecho, todos los hijos de Cecilio –tuvo once, de los que le vivieron seis- fueron cantadores o bailadores y llegaron a formar cuadro jotero. Consuelo (Zaragoza, 6-V-1905-Osera de Ebro, 5-VIII-2001), que había debutado en el Teatro de Calatayud en 1913 y ganó cantidad de premios, también grabó a dúo con su padre y vivió noventa y seis años.Navarro, Cecilio030

 Ya convertido en figura, a finales de los años veinte cantó ochenta y siete representaciones de Rondalla, la obra de los Quintero estrenada en el madrileño Teatro Español el 25 de enero de 1929.

 Cecilio Navarro fue, pues, la figura principal de la jota durante más de veinte años, desde la marcha de Juanito Pardo hasta la eclosión de José Oto y, seguramente, el mayor especialista de la historia en jotas de ronda y baile. Son muy numerosas las anécdotas que protagonizó y que han pasado a la pequeña historia de la jota. Siguió actuando en público hasta las fiestas del Pilar de 1949, en que lo hizo por última vez en la plaza de toros zaragozana.

 Hasta sus últimas actuaciones, fue una figura conocidísima que trabajó muchas veces fuera de España. De grandes facultades, su magnífica voz le permitía acometer cualquier género: quienes le escucharon cantar flamenco pueden atestiguarlo pero, zaragozano de genio y convicción, optó por la jota en la que familiarmente se había formado. Su afable, espontáneo y recio carácter, netamente aragonés, le granjeó muchas simpatías. Dirigió la Academia Oficial de jota fundada en 1932 en la calle de Méndez Núñez  y, después, impartió clases en la Escuela Oficial, fundada después de la guerra, por lo que fue maestro de muchos cantadores.

 Navarro, Cecilio028

                                                 DISCOGRAFÍA ESCOGIDA

Cecilio Navarro y su burra (fematera)-Zaragozana-La del pañuelo, Pathé 2000

Juicio oral-Rabalerica-Dardena-Malacatones, Pathé 2008

La fiera-La Pilarica-Aragonesa pura-Fematera nº 2 Pathé 2009

Jota moderna y Fematera neta, Pathé 85343

Jotas modernas, Pathé 85348

Jotas de baile, Pathé 85350Navarro, Cecilio010

-Zaragozanas antiguas, Pathé, 85351.

Potpurri de aires españoles I, Gramófono 650516

Potpurri de aires españoles II, Gramófono 650517

Jota que cantan los femateros, Gramófono 652044

Zaragozana-Navarra-Cinco Villas, Gramófono 652050

De Casetas-Calatayud-Peral, Gramófono 652081

Jotas de ronda nªs. 1, 2 y 3, Gramófono 652087

Cariñena-Olivera-Rabalera-Fiera nº 2-De Tarazona-Zaragozana pura, Gramófono AG-38

Ansotana, Golondrina y Guadarrama-Gramophone 3-62000

Aragonesa, Fematera nº 2 y Mora-Gramophone 3-62001

La Pilarica-La Fiera y La Torrera-Gramophone 3-62002

Jotas aragonesas (estilos para bailar)-Gramophone 3-62002

Ansotana moderna-La popular-Fematera 3-Cadrete- Fanfarrón, Homokord S0727

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Que cantan los femateros en Zaragoza-Juicio oral-Rabalera, Homokord S0731

Cinco Villas-Casetas-Baturrica-Segadoras, Homokord S0734

Zaragozanas puras, Homokord 70275.

Jota de Utebo-Olivera-Brava, Homokord 70276.

Femateras modernas, Homokord 70283

Zaragozana-Aragonesa-Olivera, Homokord, 70284

-Cuentos baturros, Homokord  70290

Modernas, Homokord 70291

Cadenica-Calatayud-Aragonesa moderna, Homokord 70292

Río Martín-Carrico-Jotas de baile, Parlophon 25567

La fanfarrona-La enredadera-Ansotana neta-Carrilicos, Parlophon 25654.

Jotas de ronda-Jotas de baile, Parlophon 25693

Fematera-Atecana-Baturrica-Baldomera, Parlophon 25713

Caminico de Torrero, Parlophon 26505.

Cecilio y su burra-Jotas de baile, Parlophon 26625

Fematera-La de los malacatones-Jotas de baile, Parlophon 26674

La fematera de la burra-Juicio oral-La mañica, Parlophon 54596

Aragonesa fematera-Olivera popular-El Balbino, Odeón 13337

Utebo-Olivera-La brava, Odeón 13334

Enredadera-Cadrete-Calatayud, Odeón 13335

Jota moderna-Cariñena-Botorrita, Odeón 13340

Fiera moderna-La baturra-La matraca, Odeón 13341

Zaragoza-Pilarica-Fematera, Odeón 13342

Popular-Zaragoza, Odeón 13343

La burra-Segadora-Casetas, Odeón 13352

Fiera reformada-Olivarera popular-Utebo, Odeón 13353

Jotas de ronda-Jotas de baile-Odeón 203724

Fematera-Tenerías-Salomón, Fadas 10230

Jotas de ronda, Fadas 15468.

Navarro, Cecilio008 Navarro, Cecilio012

BIBLIOGRAFÍA

-CISTUÉ DE CASTRO,  Pablo, “Cecilio Navarro cumple este año sus bodas de oro”. Recorte sin fecha.

-GALÁN BERGUA, Demetrio, El libro de la jota aragonesa, Zaragoza, 1966, pp. 755-761.

-SOLSONA, Fernando, La jota cantada, Ayuntamiento de Zaragoza, 1978, pp. 39-40.

-SOLSONA, Fernando y Mario BARTOLOMÉ, Geografía de la jota cantada, Zaragoza, Prensa Diaria Aragonesa, 1994, pp. 84-85.

-BARREIRO, Javier, La jota aragonesa, Zaragoza, CAI, 2000, pp. 59-60.

-, Diccionario biográfico español, vol. XXXVII, Madrid, Real Academia de la Historia, 2012, p. 501.Navarro, Cecilio y su burra

                                                                       Foto de Aurelio Grasa